El objetivo de esta fase es conocer el punto de partida de la marca. Para ello, cumplimentamos de manera conjunta un documento junto al cliente.

Una vez el cliente haya definido el proyecto a través del briefing, trabajamos internamente para definir las necesidades y objetivos a alcanzar. A menudo el cliente no es consciente de todas sus necesidades, por lo que es nuestra labor definirlas desde el punto de vista de la estrategia gráfica. Existen una serie de objetivos coincidentes entre la mayoría de nuestros proyectos:

Nos integramos en la empresa para sentir su identidad, historia y trayectoria. El objetivo es identificar qué la define, cuáles son sus metas y sus logros, analizando al mismo tiempo cómo transmite sus valores y filosofía en la actualidad.

Una vez acordadas las posibles actuaciones, conceptualizamos:

En esta fase desarrollamos el concepto escogido, dando lugar a una creación gráfica que permita alcanzar una identidad completa que represente los objetivos acordados.

Nuestro objetivo final es que el cliente tenga la autonomía suficiente para poder gestionar su identidad corporativa por sí mismo con un buen uso del material gráfico proporcionado. Para ello, es necesario contar con un manual de marca y una serie de aplicaciones gráficas:

Con esta fase final logramos reforzar el posicionamiento de la empresa a través de la creación de una marca que contiene arquitectura. El objetivo es transmitir credibilidad y solvencia a los usuarios finales y potenciales. Para ello, se llevan a cabo las siguientes acciones:

La metodología presentada se desarrolla siempre de acuerdo a nuestros protocolos internos de trabajo. Esto incluye el uso de herramientas digitales conjuntas para la gestión del tiempo, la planificación y la optimización de la comunicación entre los miembros del equipo. Por ello, utilizamos constantemente aplicaciones como Hibox (planificación+comunicación) y Toggl (gestión del tiempo).