Blog de Diseño Gráfico

El cine es uno de esos artes en los que el diseño gráfico tiene tanto que decir que ha llegado a convertirse en disciplinauno de los claros ejemplos está en la importancia que tiene los carteles de las propias películas. También en los títulos de crédito, su diseño y presentación, la imaginación está puesta al servicio de una tipografía que aparece y desaparece siendo capaces de resumir en un breve espacio de tiempo la trama principal de la película en la que se insertan.

Ahora que está tan de moda recordar épocas pasadas y hacerlo a través del diseño en todas sus facetas, –sirva de ejemplo el tan utilizado estilo vintage visible en escaparates de casi todo tipo– tal vez sea la ocasión de hablar también de una parte de ese pasado que nos sirve, sobre todo, para recordar buenos momentos, esos momentos proporcionados por la música, por muchos rockeros legendarios y por buena parte de las carátulas de sus discos, hoy ya, objetos de colección.

Cuando algo se pone de moda y “triunfa”, ese algo nos hace a todos parecidos… es difícil que destaque ese aspecto tan personal y distinto de cada uno de nosotros. No importa de qué producto estemos hablando. Si es diseño gráfico, se siguen las mismas tendencia; si son colores, utilizamos la misma gama; si es mobiliario, nuestras casas se parecen y, si es alimentación, nuestras neveras se llenan de los mismos productos. Sin embargo, parece que la tecnología ha conseguido dar con la combinación “imposible”: que algo que está de moda y crea tendencia, nos convierta uno por uno, en seres diferentes capaces de explotar lo único de cada uno de nosotros.

Campañas de publicidad, anuncios, e-mails y banners con un llamativo diseño gráfico. Si durante estos días escucháramos que estamos a punto de vivir el viernes negro o simplemente nos contaran que, una vez más, llegan las rebajas, es muy posible que semejante fecha no causara la misma ‘revolución’ que causa la que, desde hace algún tiempo, viene siendo la nueva forma de llamar a la mayor fiebre por comprar que quizás haya tenido lugar hasta ahora.

El diseño de un producto nace de una idea y lo hace con el fin de transmitir y crear una emoción en el consumidor. El diseñador se inspira en algo que a él le hace reaccionar, le genera una inquietud o simplemente, le gusta. A continuación, plasma esa sensación y ese gusto en un objeto, y en la marca con la que darlo a conocer.